Por Jarlen Espinosa.
Santo Domingo Norte, RD. – Si hay algo que se ha repetido una y otra vez dentro de los partidos «mayoritarios» en la República Dominicana, son las imposiciones, los abusos, los engaños y las promesas incumplidas tan pronto logran su objetivo principal, llegar al poder.
Es habitual ver el orgullo y ferocidad con que militantes de distintos partidos defienden sus organizaciones políticas, más que por ideales, convencidos de que a través de ellas podrán llegar al poder y con ello repartirse «el botín» como le plazca.
No hay vocación de servicio, es intención de servirse, son dos cosas muy distintas, demasiado diría yo.
Obviamente, tratan de no verse así ante las masas, por lo que camuflajean sus verdaderos intereses haciéndole creer a la gente que les importan sus carencias y necesidades, pero no es así.
Se venden como voces defensoras que luchan contra el desempleo, la inseguridad ciudadana, las carencias en el sistema de salud y el educativo, los más patriotas…
El tema que guiará sus discursos dependerá de qué tanto cale en el colectivo para irritarlos y ponerlos en contra de sus adversarios políticos, pero, que en la práctica son sus semejantes.
Al final el tiempo lo desenmascara, de hecho, ya están desenmascarados…
Las abstenciones de parte de los votantes se lo han ido demostrando en cada proceso electoral.
Cada vez son más los que han dejado de confiar en los partidos, que, de una u otra manera, han engañado a quienes en algún momento creyeron en ellos.
Pero ellos (los políticos tradicionales) siguen sin rendirse, aferrados a la estrategia de «venderle sueño» al dominicano, pero es lo mismo…
Matándose entre ellos en cada proceso interno de sus organizaciones, buscando obtener ventajas sin importar que tan desleal sea el método, ni a que compañero pueda afectar, el egocentrismo en su máxima expresión.
Tan pronto culminan esa parte van hacia afuera a venderle a la gente un «ideal», «fuerza» y «unidad» partidaria.
Antes las cortinas del escenario eran de color oscuro que hacía contraste con sus intenciones, pero, ahora son transparentes y las personas ven todo lo que pasa en el teatro incluso detrás del telón.
Sigan hasiéndose los locos, pero, la gente está harta de ustedes y se lo seguirá demostrando, no absteniéndose, sino, participando en contra de sus mentiras.